Los coches se pueden dejar en la reserva natural de Einot Tzukim (la entrada tiene precio)
El peñasco Haatakim que recorre la longitud del mar Muerto es uno de los fenómenos naturales más maravillosos de Israel. Ahora hay una ruta que nos acerca a su paisaje y que empieza en las ruinas de Mezin y acaba en Einot Tzukim. Recientemente, la Autoridad de la Naturaleza y Parques de Israel ha reparado el ascenso a Rosh Tzukim. Le invitamos a venir y verlo por usted mismo.
Principales puntos de interés:
La fortaleza de Mezin
El peñasco de Haatakim
La vegetación desértica
Vistas desde el mirador de Rosh Tzukim
Vistas panorámicas:
Unas magníficas vistas desde Rosh Tzukim en la reserva natural de Einot Tzukim, el mar Muerto y las montañas de Moab
Actividades de la Autoridad de la Naturaleza y Parques de Israel para mejorar los servicios turísticos
La Autoridad ha señalizado la ruta de senderismo, reparó el ascenso a Rosh Tzukim y construyó un refugio en el mirador.
Cómo llegar a Maale Nahal Mezin
Viniendo de la autopista 90, puede aparcar antes de la comunidad religiosa de Avnat, unos 600 metros al sur del punto de inicio, y caminar al lado de la autopista, tras una barrera de seguridad.
Cómo llegar a Maale Rosh Tzukim
Llegue desde la autopista 90. El ascenso empieza desde la entrada hacia la reserva natural de Einot Tzukim (Ein Feshkha).
Información
El peñasco de Haatakim es un peñasco vertical que alcanza los 400 metros por encima del nivel del mar Muerto. En el pasado suponía una enorme dificultad para cualquiera que buscara descender al mar desde el monte Hebrón. A principios del siglo XX, el agua del mar alcanzó el pie del peñasco, así que tuvo que ser bastante atrevido que alguien trazara una ruta sobre la meseta y que llevara al mar Muerto. Dos factores jugaron un papel importante aquí: el hecho de que la costa el mar Muerto es relativamente amplia en este lugar y que los manantiales activos de Einot Tzukim, Einot Kane y Einot Samar proporcionan agua fresca en abundancia.
La ruta
1. Las ruinas de Mezin
Antes del ascenso, eche un vistazo al edificio antiguo que hay al otro lado, tras la verja delimitadora. Estas son las ruinas de Mezin, cuyos muros han sobrevivido el paso de los años, conservando una altura de más de 4 metros en algunos puntos. Cerca se hallaron más 1200 monedas del período de Alejandro Janneo. Se ha especulado que el edificio sirvió como astillero fortificado cuando el rey luchó contra el reino de los nabateos, conquistando vastos territorios transjordanos. Se halló una estancia de 36 metros en el edificio, con una abertura al este, hacia el mar. Es posible que aquí fuera donde se almacenaban los barcos, para protegerlos de los daños del agua del mar Muerto.
Actualmente las ruinas no se pueden visitar, pero aún así podemos apreciar su tamaño y aspecto desde una distancia. La Autoridad de la Naturaleza y Parques de Israel está planificando arreglar un acceso hacia las ruinas, para facilitar a los visitantes de la zona otro punto de interés más que visitar.
2. Ma'ale Mezin
En el pasado, la ruta más corta desde Jerusalén hasta las ruinas de Mezin solían cruzar el desierto de Judea en la fortaleza Hircania, bordeando el Nahal Kidron y descendiendo por la ladera de Mezin (túnel de Mezin). Esta ruta aún está en uso en el presente, a través de un sendero señalizado en verde.
Empieza en el monumento en memoria de dos niños que paseaban por la zona en 1976 y que probablemente cayeron en el Nahal Kidron cuando se hizo de noche. Primero, el sendero cubre una ladera moderada hecha de formación rocosa Lisan de marga, cubierta con una capa de restos de caliza que cayeron del peñasco.
Después de las primeras lluvias, la vegetación desértica cobra vida; las frescas hojas de la oca violeta cubren la zona, además del gymnocarpos decandrus y de plantas del género anabasis. La malva india, con sus flores de de color amarillo anaranjado, vive en los lechos de arroyos más pequeños.
Pasados unos 700 metros, llegaremos a un pequeño collado con unas preciosas vistas al peñasco de Haatakim y a la costa del mar Muerto, pudiendo ver la comunidad Avnat al pie de la ruta. Después de otros 400 metros alcanzaremos una ladera muy empinada pero corta, con un altiplano tras ella; es un buen lugar para respirar hondo. Aquí podrá ver claramente las ruinas de Mezin, que probablemente fueron la razón de la grieta en la antigua elevación.
La ruta cruza un pequeño canal, bordeando un afluente del Wadi Mezin, y se une a otra ruta señalizada en azul en la meseta del desierto.
3. Hasta Rosh Tzukim
La ruta azul se dirige al norte. Ahora caminaremos siguiendo el borde del desierto de Judea, que es una meseta cubierta de pequeños montículos separados por canales poco profundos. La roca de color claro es creta de la formación de Menuha. Las escasas precipitaciones y la roca no porosa crearon unas condiciones especialmente áridas, en las que la vegetación solo sobrevive en los lechos de los arroyos.
Después de caminar unos 2 kilómetros por este paisaje único, descendemos al gran valle creado por el Wadi a-Samra. A su derecha verá el refugio que la Autoridad de la Naturaleza y Parques de Israel construyó en Rosh Tzukim (Ras Feshkha). Wadi a-Samra es un arroyo corto pero agresivo que crea un cañón profundo al borde de la meseta. La ruta bordea varios afluentes y el canal principal, sigue hacia la derecha de la meseta a través de un pasaje estrecho (¡tenga cuidado!), y sube por un camino de tierra señalizado en negro. Aquí giraremos a la derecha y pronto llegaremos al refugio del mirador de Rosh Tzukim.
Las vistas son espectaculares, especialmente por la tarde. El mar Muerto descansa en el fondo del valle, y tras él están las montañas de Moab. Mirando más detenidamente, se podrá observar el río Arnon. Al pie del peñasco podrá ver la reserva natural de Einot Tzukim; los cañones grabados en el suelo y que descienden hacia el mar Muerto han quedado al descubierto recientemente a causa de que el nivel del agua ha retrocedido. La Autoridad de la Naturaleza y Parques de Israel creó dos grandes charcas de agua en el extremo norte de la reserva para compensar la pérdida de agua en el entorno local.
Después de disfrutar de las vistas, descenderemos de Rosh Tzukim a través del canal Feshkha por la ruta histórica hacia el mar Muerto. Esta ruta ha sido recorrida por muchos, entre los cuales figuras famosas como Henry Baker Tristram a finales del siglo XIX, los combatientes de Palmach en su camino hacia Masada, y el geógrafo Hillel Birger, quien dirigió al equipo del primer proyecto de señalización de senderos de Israel en 1946.
La Autoridad de la Naturaleza y Parques de Israel reparó la ruta y ahora lo único que tenemos que hacer es caminar unos 2 kilómetros para alcanzar la autopista 90 pasada la entrada de la reserva natural de Einot Tzukim.
La ruta corta a Rosh Tzukim
Los que prefieran una ruta más corta pero sin dejar de disfrutar las vistas y tampoco quieran que alguien les tenga que llevar en coche ni recogerlos, podrá dejar el coche en la reserva natural de Einot Tzukim. Salga de la reserva. Con cuidado, cruce la autopista 90 y camine unos 2 kilómetros hasta el mirador y luego vuelva a través de la misma ruta. Esto puede durar unas 2 horas; es mejor hacerlo durante la tarde, cuando el sol está al oeste. Esta caminata es adecuada para niños mayores de 12 años.